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¿Te has preguntado cómo las malas posturas que adoptas diariamente pueden afectar tu salud y bienestar a largo plazo? Muchas de las dolencias que sufrimos, como el dolor de espalda o de cuello, están directamente relacionadas con la forma en que nos sentamos, caminamos o realizamos actividades cotidianas. En este artículo, analizaremos las malas posturas comunes que la mayoría de las personas tienden a adoptar y cómo la quiropráctica puede ayudar a corregir estos hábitos para mejorar la calidad de vida.
Las malas posturas son posiciones incorrectas que adoptamos durante las actividades diarias, como sentarse, caminar, levantar objetos o incluso dormir. Con el tiempo, estas posiciones pueden sobrecargar los músculos, las articulaciones y la columna vertebral, lo que provoca dolor y disfunción. Aunque puede parecer inofensivo en el corto plazo, mantener malas posturas durante un período prolongado puede causar problemas crónicos.
A continuación, exploraremos 10 de las malas posturas más comunes, sus efectos en el cuerpo y soluciones prácticas para corregirlas:
Mantener la billetera en el bolsillo trasero mientras se está sentado puede provocar un desequilibrio en la pelvis, causando dolor lumbar crónico. La solución es simple: saca la billetera de tu bolsillo trasero antes de sentarte.
Apoyar el brazo en la ventanilla del coche mientras conduces puede generar tendinitis del supraespinoso y tensión en el cuello y los hombros. Ser consciente de esta mala postura y evitar hacerlo es clave para prevenir el dolor.
No apoyar la espalda completamente en el respaldo de la silla puede generar dolor lumbar y problemas posturales a largo plazo. Es importante sentarse correctamente, utilizando el respaldo para mantener una postura ergonómica.
Tener una silla de trabajo mal ajustada, que no se adecúe a la altura de la mesa o del ordenador, puede causar dolor cervical, lumbar y problemas como el túnel carpiano. Ajustar la silla para que la pantalla del ordenador esté a la altura de los ojos y los brazos formen un ángulo de 90 grados es esencial para mantener una postura saludable.
Levantar cosas del suelo doblando el tronco y no las rodillas puede causar hernias discales y dolor en la espalda baja. La forma correcta de levantar objetos es flexionando las rodillas y manteniendo la espalda recta.
Levantar objetos pesados o bolsas sin equilibrar el peso entre ambos brazos genera tensiones en la espalda. La solución es repartir el peso de manera equilibrada, llevando bolsas en ambos brazos para reducir el riesgo de lesiones.
Llevar un bolso en un solo lado del cuerpo puede alterar la postura al caminar y causar dolor de hombro o espalda. Lo recomendable es llevar bolsos menos cargados o usar mochilas que distribuyan el peso de manera uniforme.
Tener la pantalla del ordenador por debajo del nivel de los ojos causa tensión en el cuello y la espalda. Ajustar la altura de la pantalla es una solución efectiva para prevenir estos problemas.
Dormir boca abajo y con la cabeza girada puede generar tensión en el cuello y problemas respiratorios. Aunque puede ser difícil cambiar este hábito, es recomendable intentar dormir de lado o en posición fetal para aliviar la tensión.
Cruzar las piernas mientras se está sentado puede provocar desequilibrio en la columna vertebral y tensión muscular. La mejor opción es sentarse con ambos pies apoyados en el suelo y cambiar de posición frecuentemente para evitar problemas.
¿Cómo ayuda el quiropráctico a corregir tu postura?
El quiropráctico identifica y corrige las subluxaciones vertebrales, que son segmentos de la columna que presentan problemas de alineación o movilidad. Al ajustar estas áreas, se optimiza la retroalimentación entre los músculos, las articulaciones y el sistema nervioso. Esto permite que el cerebro reorganice de forma más eficaz la postura corporal, logrando así una postura más saludable, fortalecida ¡y más atractiva!
Adoptar buenos hábitos posturales no solo mejora el bienestar físico, sino que también puede prevenir problemas a largo plazo. Aquí algunos consejos útiles:
Las malas posturas comunes son un problema que afecta a la mayoría de las personas en algún momento de sus vidas. Si bien pueden parecer inofensivas, su impacto a largo plazo puede derivar en dolores crónicos, tensiones musculares y otros problemas de salud. La quiropráctica es una excelente opción para corregir estos desequilibrios y promover una postura saludable. Con una evaluación adecuada y ajustes precisos, es posible mejorar la alineación del cuerpo, reducir el dolor y prevenir futuros problemas relacionados con las malas posturas.
Te animamos a que te cuides desde ahora, sin esperar a sentirte mal o tener diversos síntomas.
Estas son algunas de las respuestas esperamos resolver tus dudas sobre la quiropráctica, para mas información visita nuestra FAQ
Sí, muy seguro. El ajuste quiropráctico actúa sobre el sistema nervioso, con la finalidad de permitir que la capacidad de recuperación del propio cuerpo funcione con normalidad.
Son millones de pacientes, de todas las edades y gran variedad de casos y severidad, que van al quiropráctico sin sufrir efectos negativos.
¿Por qué? La quiropráctica tiene un excelente historial de seguridad, ya que evita procedimientos invasivos.
Varios estudios han demostrado que la atención quiropráctica es 250 veces más segura que el tratamiento con medicamentos antiinflamatorios.
El objetivo de la quiropráctica es permitir que el organismo funcione mejor en todos los sentidos.
Cada célula de nuestro cuerpo está regulada por el sistema nervioso central.
La quiropráctica se centra en corregir lo que llamamos subluxaciones vertebrales, que son interferencias que se producen a nivel vertebral que impiden que el organismo realice todas las funciones adecuadamente, por lo tanto, impide que disfrutemos de una salud óptima.
La gran mayoría de sus usuarios se sienten mejor, se recuperan más rápido y minimizan el uso de medicamentos y cirugías.
Muchos de los que utilizan la quiropráctica notan que gestionan mejor el estrés, tienen más vitalidad y disfrutan más de su día a día.
No. La quiropráctica es una profesión sanitaria complementaria y distinta a la medicina (según la OMS).
Se estudia en universidades de quiropráctica especializadas. El profesional quiropráctico recibe una formación mínima de 5 años que garantiza la calidad y la seguridad del servicio que ofrece.
En los estudios de quiropráctica no se estudia farmacología ni cirugía, pero se profundiza en el estudio de fisiología, anatomía, radiología, neurología y técnicas específicas manuales quiroprácticas.
Dado que en España esta profesión aún no está homologada, es muy importante acudir a un quiropráctico “de verdad”.
Existen personas que se aprovechan de este vacío legal para realizar manipulaciones en la columna vertebral sin los estudios superiores en quiropráctica.
Por ese motivo, si buscas un quiropráctico, te recomendamos que consultes en la web de la Asociación Española de Quiropráctica los profesionales que sí tienen el título correspondiente.
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